El octavo mandamiento, poder y periodismo

Argos y Cadena Tres vuelven a impactar a la televisión mexicana con El octavo mandamiento, una teleserie al puro estilo y elevada calidad de Las Aparicio, XY o Soy tu fan, con una historia original de la pluma de Epigmenio Ibarra y Laura Sosa.

En las primeras dos semanas de transmisión hemos sido testigos de la valiente denuncia de una década perdida por la demagogia y las tranzas de los políticos, del drama humano que vive la sociedad latina en los EE. UU. y de los conflictos de una familia de periodistas mexicanos a causa de sus divergenes personalidades y singulares aspiraciones.

El 11 de septiembre de 2001 fue un parteaguas para el mundo entero. La caída de las Torres Gemelas de Nueva York "representó" un acto terrorista de dimensiones colosales contra el país más poderoso del mundo.

Evento muy conveniente para el gobierno gringo, por cierto, que fundamenta la llamada "Guerra contra el Terror" y el ataque preventivo hacia el país árabe de Afganistan. Surge así Osama bin Laden como el icono perfecto del gran villano, cuya muerte, el 1 de mayo de 2011, consuma en definitiva la venganza de los cientos de víctimas y de sus familiares; aunque, primordialmente, la venganza de George W. Bush.

Y el gobierno mexicano que lamentable y estúpidamente, como desde hace algunas décadas, sigue imitando las políticas yanquis más cuestionables, emprendiendo su propia "Guerra contra el narco", que sigue llenando de sangre y terror a las familias, sin dar resultados positivos palpables.

Como burla del destino, una de las víctimas de aquel atentado es Isabel Sanmillán (Leticia Huijara), fotoperiodista, madre de un hijo y dos hijas, todos menores de 15 años; y esposa de Julián Sanmillán (Saúl Lizaso), dueño de "El tiempo", uno de los periódicos más importantes del país, de tendencia izquierdista, muy combativo e incómodo para el régimen.

Con la ausencia de Isabel se precipita la decadencia de la unidad de los suyos, que buscan su propio destino, en franca oposición a los deseos del padre. Mas nadie sospechaba que diez años después del fatídico 9/11, otro evento cambiaría drásticamente las existencias de todos.

Impactan con sus interpretaciones las actrices mexicanas Sara Maldonado, como Camila Sanmillán, y Ximena González-Rubio, como la sexy activista ambiental Sofía Rocha. También participan los ya conocidos Erik Heyser, Néstor Rodulfo, Constantino Costas y la bella Alejandra Ambrosi.

Sólo queda por decir que la producción está perfectamente cuidadada y que las imágenes de la ciudad de Nueva York, donde se desarrolla parte de la trama, son muy satisfactorias.

Una teleserie que seguro llenará las espectativas de quienes se den la oportunidad de ver contenidos de vanguardia, sin mentiras y altamente propositivos.

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